lunes, 15 de diciembre de 2014

"Preguntas y respuestas sobre la alergia a las proteínas de la leche de la vaca: entrevista al Dr. Gonzalo Campos"

Como resultado de una colaboración entre dos blogs de alergia: “Mi menú SIN leche”, y “Con ‘A’ de Alergia” (blog oficial de AlergoMálaga), os dejamos esta entrevista al Dr. Gonzalo Campos, Especialista en Alergología y Coordinador del Grupo AlergoMálaga.

    1. ¿Qué causas explicarían el aumento de alérgicos año tras año en nuestro país? A ciencia cierta no se sabe, aunque se intuye. Está más que demostrado, que en países desarrollados como el nuestro, la prevalencia de enfermedades alérgicas es mucho mayor a la que se puede observar en zonas mucho más desfavorecidas. ¿Excesivo celo en la higiene? ¿Contaminación ambiental? ¿Procesamiento de los alimentos? ¿Forma en que los consumimos? Probablemente el motivo no sea único, sino que habría que buscarlo en un origen multifactorial.

   2. ¿Cuáles son las alergias más habituales en niños y cuál es el ranking de las más problemáticas (entiéndase por “problemática” a las más peligrosas en su sintomatología)? Las alergias más prevalentes en la edad pediátrica son las referidas a las proteínas de la leche de la vaca y al huevo; siendo, por otro lado, transitorias en un 80% de los casos. Posteriormente, el pescado y los frutos secos ocuparían los siguientes puestos en el escalafón, y tras ellos, las legumbres. Conforme el niño crece y va entrando en la adolescencia, poco a poco va cambiando el espectro de alimentos “diana” frente a los cuales suele desarrollar problemas de índole alérgica. A estas edades más avanzadas, entran en juego el marisco y la fruta, sobre todo la perteneciente a la familia de las “Rosáceas” (melocotón, manzana, fresa, pera…etc). Contestando a la segunda pregunta, toda alergia alimentaria puede desencadenar síntomas severos, que conlleven incluso la muerte del paciente.

Leche y huevo son los alimentos que más frecuentemente producen alergia.
   3. Hablemos en concreto de la APLV: ¿Qué factores o situaciones pueden predisponer a un niño a padecerla? No sabemos realmente por qué unos sí y otros no la desarrollan, pero existen una serie de factores de riesgo, no siempre evitables. Algunos de ellos son, la carga atópica familiar y la administración intermitente de proteínas de leche de vaca durante la lactancia natural, sobre todo durante las primeras semanas de vida. Existe mucha controversia al respecto y por desgracia, aún no tenemos todas las respuestas en nuestra mano.

4. Cuando un bebé de escasos meses es diagnosticado de APLV, ¿qué precauciones (si es que existen) se deben tener de cara a la introducción de otros alimentos? En el primer año de vida, la asociación con alergia al huevo, según algunas publicaciones, llega incluso al 50% de los casos. Por tanto, a un paciente diagnosticado de alergia a proteínas de leche de vaca, se le deben realizar pruebas para detectar sensibilización a las proteínas del huevo. En caso de obtenerse una positividad en las mismas, la recomendación sería, la introducción del huevo (sobre todo de la clara, que es donde se encuentran la mayoría de las proteínas alergénicas), de forma controlada en consulta (al año de vida). En ocasiones, si la reacción con la leche de vaca fue severa (anafilaxia), puede retrasarse la introducción controlada de la clara unos cuantos meses.

    5. Los niños que no toman leche de vaca ¿pueden estar carentes de calcio,  tener problemas óseos o de crecimiento? No, hoy en día, los hidrolizados de alto grado de proteínas de leche de vaca, así como fórmulas alternativas como la de soja, están preparadas para que en ningún caso, un niño en fase de desarrollo sufra ningún tipo de déficit nutricional. No debemos olvidar, por otro lado, que el calcio se obtiene de múltiples alimentos, y no sólo de los lácteos (pescado, col, espinaca, higo, naranja, almendra, garbanzo…etc).

Hoy por hoy no hay déficit de calcio en niños con APLV.
   6. ¿Qué probabilidades tiene un niño de superar la APLV? ¿Las probabilidades de superación son las mismas para los casos de “alergia mediada por IgE” que para los casos de “alergia no mediada por IgE” (intolerancia)? Respecto a las reacciones “IgE”, como he dicho, aunque varía según la publicación a la que hagas referencia, la superación de la alergia de forma natural está en torno a un 80%. Respecto a las “no IgE”, dar una cifra es complicado, pues son distintos los cuadros clínicos en los que puede mediar este mecanismo inmunológico, y a día de hoy, existe mucho “infradiagnóstico”. Mi experiencia personal es que muchas de ellas se superan también con el desarrollo.

   7. Sabemos que las alergias pueden llegar a desaparecer pero, ¿también pueden empeorar? ¿Puede una “alergia no mediada por IgE” transformarse con el tiempo en una “alergia mediada por IgE”?  Se trata de una pregunta sin respuesta definitiva. Como norma, no tiene porqué. Aunque el alimento implicado es el mismo, el mecanismo inmunológico que desencadena ambos cuadros clínicos es distinto.

8. ¿Es correcto decir que una “alergia se cura”? En el caso de la leche y el huevo se podría decir que sí, pues el que supera la misma durante el desarrollo en la infancia, no vuelve a sufrir sus efectos en la adolescencia ni en la edad adulta (por lo general).

9. ¿En qué consisten los programas de desensibilización y que tasa de éxito tienen? ¿Para quienes están indicados? La inmunoterapia oral con alimentos, está dirigida generalmente a pacientes con alergia a proteínas de leche de vaca y/o huevo, que a partir de cierta edad (en nuestro grupo, 5 años), no han superado de forma natural su alergia. Está técnica, que hoy en día se realiza en pocos centros de forma adecuada y segura, tiene dos objetivos. El primero, es conseguir que el niño alérgico pueda tolerar una mínima cantidad del alimento en cuestión; lo suficiente para que ante un contacto accidental, no se desarrolle una reacción, es decir, elevar su “umbral alergénico”. El segundo objetivo, sería conseguir una tolerancia sostenida y definitiva en el tiempo; es decir, la superación de la alergia. Esta técnica consiste en la administración de cantidades crecientes del alimento, para que a modo de “vacuna”, se induzcan una serie de cambios inmunológicos, que permitan al paciente avanzar hacia esa “tolerancia”, bien parcial o definitiva. La tasa de éxitos es variable según el grupo de especialistas que la lleva a cabo, ya que existen múltiples formas de realizarla. En el Grupo AlergoMálaga, al que pertenezco, conseguimos elevar el “umbral de reacción” prácticamente en el 100% de los casos. El éxito en la consecución de una tolerancia sostenida es sensiblemente más baja.
La desensibilización pretende aumentar la cantidad tolerada del alimento
  10. Para aquellos que no entiendan de alergias ni intolerancias alimentarias, ¿podrías contarnos brevemente qué diferencias hay entre una y otra? Las alergias están provocadas por mecanismos inmunológicos conocidos (reacciones de hipersensibilidad de tipo I o de tipo IV). Las intolerancias, sin embargo, suelen tener como origen ciertos déficits metabólicos (ausencia de enzimas…etc). Respecto a su evolución, las intolerancias suelen ser para toda la vida, al igual que las alergias, salvo en el caso de la leche de vaca y el huevo, donde, como he dicho antes, se suele avanzar hacia la curación de forma natural (80%). Clínicamente la aparición de síntomas también es distinta. Las reacciones alérgicas vinculadas al consumo de alimentos pueden desencadenan desde cuadros leves (síndrome de alergia oral, urticarias…), hasta cuadros severos (la temida anafilaxia) e incluso la muerte. En una intolerancia es extremadamente raro que ocurra esto último. Ambas se evitan no contactando con el alimento conflictivo.


Ha sido un placer.


¡Gracias por tu colaboración y ayuda!


martes, 2 de diciembre de 2014

La Marcha Atópica: ¿Condenados de por vida a ser alérgicos?


¿A qué nos referimos los alergólogos cuando usamos este término?
Marcha Alérgica
A la evolución natural de la enfermedad alérgica, es decir, a las distintas manifestaciones que una persona alérgica puede desarrollar a lo largo de su vida.
La alergia evoluciona con la edad
La alergia es una enfermedad sistémica que afecta a distintos órganos de nuestro cuerpo. Según la edad, las manifestaciones pueden variar: las primeras suelen aparecer a partir del tercer mes de vida y son, a nivel de piel, la tan conocida dermatitis atópica, o bien, en otros casos, las alergias alimentarias (las más frecuentes en la infancia son a la leche y al huevo). A medida que vamos creciendo, estas manifestaciones suelen disminuir (un alto porcentaje de los niños con alergia alimentaria a huevo y/o leche llegan a superarla de forma natural) y se incrementa la sintomatología respiratoria: rinitis y/o asma.

Enfermedades Alérgicas: Asma, Rinitis, Dermatitis, Alergia Alimentaria...
Esto no quiere decir que una persona alérgica tenga que presentar todas estas manifestaciones a lo largo de su vida. Un niño con dermatitis atópica no tiene porqué desarrollar posteriormente rinitis o asma; ahora sí, tiene más posibilidades. En un estudio realizado en niños con dermatitis atópica, el 43% desarrollaron asma en los siguientes 8 años y un 45 % rinitis.

La incidencia de las enfermedades alérgicas está aumentando en los últimos años. Hace varias décadas se presentaba predominantemente en adultos jóvenes, pero hoy en día no es raro encontrar pacientes de cualquier edad. Sabemos que la alergia tiene una base genética; si un padre es alérgico hay más posibilidades de que lo sea su hijo, y si lo son los dos, el riesgo es mayor. A parte de esta base genética, existe un componente ambiental: se habla de la contaminación, del humo del tabaco, del exceso de higiene, exposición a alérgenos, uso de medicamentos…etc. No se sabe con exactitud el porqué del incremento en la prevalencia actual, aunque suponemos que está en los factores ambientales.

La hipótesis de la higiene sugiere que “cuanto más limpio, más alergia”: la alergia es más frecuente en países desarrollados, y dentro de los mismos tiene mayor incidencia en zonas urbanas que en zonas rurales. Quizás la disminución de la exposición a productos microbianos, la dieta y los hábitos higiénicos, está contribuyendo a aumentar la incidencia en las primeras.
¿Niño sucio, niño sin alergias?
Y dicho todo lo anterior: ¿existe alguna manera de evitar la marcha atópica? ¿Podemos hacer algo para detener su progresión?

Se han seguido distintas líneas de prevención: prebióticos y probióticos, por ejemplo, aunque los estudios actuales son insuficientes para recomendarlos.

También antihistamínicos como la cetirizina, usados en pacientes con dermatitis atópica. Un estudio pretendía observar si el tratamiento con dicho fármaco era capaz de prevenir la aparición de asma. Tras 36 meses de seguimiento se concluyó que parecía disminuir la progresión o quizás simplemente la retrasaba. Se necesitan más estudios al respecto. 

El uso de corticoides inhalados tampoco ha demostrado ningún efecto en la detención de la evolución natural de la enfermedad respiratoria. Estos fármacos mejoran los síntomas del asma mientras se usan, pero no frenan el desarrollo de la enfermedad de forma definitiva.

La inmunoterapia/vacunación frente a la rinitis alérgica, sí han demostrado ser capaz de frenar la evolución natural de la enfermedad a asma y además la aparición de nuevas sensibilizaciones; es decir, que un paciente que es alérgico, por ejemplo, al polen de gramíneas, no vaya desarrollando problemas con más alérgenos: otros pólenes distintos, ácaros del polvo, mohos…etc.
Inmunoterapia Específica o Vacunas de Alergia
En el estudio PAT realizado en niños con rinitis alérgica, se confirmó que el tratamiento con vacunas en fases tempranas de la rinitis, disminuye el riesgo de desarrollar asma. En este estudio se observó cómo el 45 % de los niños con rinitis alérgica no tratados con vacunas desarrollaron asma. Este porcentaje se redujo en un 50% en el grupo de los niños que sí recibieron inmunoterapia.

Debemos seguir buscando para encontrar medidas terapéuticas más eficaces frente a esta epidemia que asola a día de hoy el Mundo Occidental, y que tan malas expectativas parece tener para el futuro.

Dra. Rocío de la Higuera Artesero
Médico Especialista en Alergología
Grupo AlergoMálaga