miércoles, 15 de julio de 2015

“Síndrome ave-huevo: ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina?"


Desde los albores de la humanidad, nuestras conciencias se han visto agitadas por preguntas trascendentales como: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Existe Dios? ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina?

Esta última tiene una fácil respuesta desde el punto de vista evolutivo. Obviamente, lo primero fueron los huevos, que ya generaban en su método reproductivo los dinosaurios, reptiles y finalmente las aves.
Huevos fósiles de dinosaurio
Pero en alergología, la respuesta a esta pregunta es mucho más compleja.

El huevo como causa de alergia alimentaria.

La alergia al huevo es la segunda causa más frecuente de hipersensibilidad alimentaria en niños, la cual suele iniciarse antes de los 2 años de edad.
Huevos de corral
Esta alergia alimentaria se desarrolla fundamentalmente frente a ciertas proteínas de la clara (no de la yema), entre las que se encuentran los alérgenos mayores: Ovomucoide, Ovoalbúmina, Ovotransferrina y Lisozima (aunque existen otros como: Ovomucina, Ovoflavoproteína, Ovoinhibidor, Avidina…etc).

La clínica en estos pacientes suele ser cutánea (urticaria/angioedema) y/o digestiva. Hasta el 58% de estos niños alcanzan la tolerancia natural antes de los 5-6 años de edad.

Síndrome ave-huevo.

En esta variante clínica de alergia al huevo, la historia empieza de forma distinta. Generalmente afecta a personas adultas que se sensibilizan por vía respiratoria a proteínas solubles de las aves (presentes en las plumas, el suero, los excrementos y la carne), ya sean mascotas (canarios, periquitos, incluso agapormis/inseparables) o de corral (gallinas, gansos, ocas).
Pollitos saliendo del huevo
Inicialmente manifiestan clínica de asma, con o sin rinoconjuntivitis, y posteriormente desarrollan una hipersensibilidad alimentaria al huevo con síntomas frecuentemente digestivos. A veces, la ingesta de huevo o carne de ave en estos pacientes desencadena síntomas bronquiales exclusivamente.
Huevos y Aves de Codorniz y Pollo
En este síndrome, la proteína responsable es la alfa-livetina, o seroalbúmina, presente en la sangre, el suero y la carne del ave, la cual es una proteína propiamente de la yema (no de la clara). 

La clínica en estos pacientes, además de incluir síntomas cutáneos y digestivos, suele manifestarse con sintomatología respiratoria, la cual es mucho menos frecuente en los alérgicos a huevo por proteínas de la clara.

No es infrecuente que algunos de estos pacientes con síndrome ave-huevo nos comenten que toleran el huevo cocinado, ya sea en bollería, horneados, o tortillas muy hechas o bien “cuajaditas”. Esto se puede explicar perfectamente porque estas proteínas son parcialmente termolábiles (es decir, según el tratamiento de calor o aumento de la temperatura que le aportemos durante el cocinado, su estructura molecular se puede alterar, haciendo que el sistema inmune deje de reconocerlas como algo “nocivo”).
Tortilla de calabacín
La vuelta a la tortilla.

Ya que hemos contado la historia del derecho y del revés, por si fuera poco, hay ocasiones en las que se riza el rizo. Existen otras variantes de presentación clínica de estos cuadros como son: el síndrome huevo-ave y el síndrome huevo-huevo.
En el síndrome huevo-ave, el paciente presenta inicialmente una alergia alimentaria a huevo, con sensibilización a clara y yema, y posteriormente, por un fenómeno de reactividad cruzada entre la albúmina de la yema y la albúmina presente en la carne de pollo, presentan reacciones tras la ingesta de este último.

El denominado síndrome huevo-huevo, es en su inicio un asma ocupacional desarrollado por la inhalación repetida de proteínas de huevo aerotransportadas, descrito en personal de la industria de la alimentación (pastelería, bollería…), que pueden terminar desarrollando una alergia alimentaria tras la ingesta de huevo, en este caso sin presentar síntomas respiratorios por el contacto con aves ni por la ingesta de su carne.

Como podéis ver una vez más, en alergia no se puede reducir todo a una forma simple, como en el caso del huevo referido por nuestro querido Pablo Picasso:
«Cuando comienzas un retrato y buscas una forma pura, un volumen limpio, a través de eliminaciones sucesivas, llegas inevitablemente al huevo. Del mismo modo, comenzando con el huevo y siguiendo el mismo proceso a la inversa, terminas con el retrato».

Dr. Jaime García Campos.
Médico Especialista en Alergología.
Grupo AlergoMálaga.

2 comentarios:

  1. Tengo 52 años y durante toda mi vida he comido mucho huevo en todas las formas, con la menopausia se me asentuaron las alergias y he desarrollado alergia al huevo y al pollo. El huevo me inflama la cara y las piernas, el pollo me da cólicos y diarrea. Muchos no comprenden porque se dice que el pollo es muy sano. Ya quisiera yo poder comerlos como antes. Es posible librarse de esa alergia? isabelita71029@gmail.com

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  2. Buenas noches Isabel:

    Lo primero, es estar seguros de lo que estamos hablando, por lo que supongo que habrás visitado un alergólogo, y te habrá realizado las pruebas pertinentes para llegar al diagnóstico de certeza de Alergia al Huevo y Pollo.

    Si este es tu caso, siento comunicarte que normalmente las alergias alimentarias en el adulto cuando llegan o se manifiestan son para quedarse así que difícilmente podrás volver a comer huevo o pollo.

    Espero que te acostumbres al cambio de hábitos alimenticios, y sobre todo ten cuidado con los productos que puedan llevar en su elaboración huevo.

    Un saludo.

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