miércoles, 18 de noviembre de 2015

La inmunoterapia (vacunación) frente a las alergias: ¿Funciona realmente? ¿Quién debe prescribirla?



La inmunoterapia específica con alérgenos (o vacunas para la alergia) es uno de los tratamientos fundamentales y de rutina dentro de la alergología, aunque existe sobre la misma un gran desconocimiento por parte de compañeros de otras especialidades, ya sean médicos de familia, neumólogos, otorrinos, etc., y muchos de ellos aún lo consideran un tratamiento “novedoso”, “con poca experiencia de uso”, “de dudosa eficacia clínica”…

Lo cierto es que la historia de nuestras vacunas ha corrido de forma casi paralela al desarrollo de las vacunas para las enfermedades infecciosas. Y es que, aunque muchos no lo crean, ya han cumplido más de 100 años, desde los primeros extractos alergénicos por parte del Dr. Noon en 1911.
1911 Noon y Freeman: El inicio de la inmunoterapia alérgica
Desde sus inicios se cuentan por miles las publicaciones que se han sucedido en la comunidad científica, en revistas de múltiples campos de la medicina, demostrando no solamente cómo se han ido perfeccionando las mismas, sino también el beneficio que les reporta a los pacientes.
Revistas internacionales que recogen los beneficios de las vacunas
Tanto es así que hoy en día, el uso de la inmunoterapia específica con alérgenos es reconocida como una de las herramientas que se debe emplear en el tratamiento integral de determinadas enfermedades alérgicas, refrendado por múltiples consensos de expertos, normativas y guías de práctica clínica con el máximo grado de evidencia científica, como las guías ARIA 2008, GEMA 2009 y GEMA 4.0, y el mayor organismo que las puede avalar, que es la Organización Mundial de la Salud (OMS), señalando que “la Inmunoterapia con alérgenos es el único tratamiento que puede modificar el curso natural de las enfermedades alérgicas”.
Organismos y Guías Clínicas que avalan la eficacia de las vacunas
Visto todo esto, aún nos encontramos pacientes en la consulta reticentes a la inmunoterapia, por comentarios de amigos o familiares tales como: “Pero eso de las vacunas ¿funciona?... es que mi primo se la puso muchos años y no le hizo nada…”. La cuestión es ¿quién prescribió la inmunoterapia?

El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, es claro en este punto (http://www.msssi.gob.es/ciudadanos/enfLesiones/enfNoTransmisibles/alergias.htm):
 “Si procede, se le indicará un tratamiento específico, la inmunoterapia, conocido popularmente como vacuna, este tratamiento debe ser indicado por un especialista en alergología y siempre aplicado bajo control sanitario”.

¿Parece lógico, no? Al igual que si te tienes que operar de anginas no te las va a quitar un odontólogo o un oftalmólogo, si precisas un tratamiento que se llama inmunoterapia específica con alérgenos o vacuna para la alergia, no deberías dejar que te la mandara un neumólogo, un otorrino o un pediatra.
Los alergólogos conocen bien las vacunas
Para que un tratamiento con inmunoterapia (IT) sea efectivo, debe cumplir una serie de requisitos fundamentales que los alergólogos tenemos en cuenta de forma pormenorizada, personalizada e individualizada con el paciente que tenemos delante. Una serie de preguntas a las que tenemos que dar respuesta antes del inicio de una IT: ¿Es el paciente apto para una vacuna? ¿Tenemos un diagnóstico claro? ¿Disponemos de una vacuna de calidad contrastada?... Y una vez contestadas todas ellas y ya en tratamiento, el paciente deberá ser sometido a un seguimiento que evalúe tanto la tolerabilidad como la eficacia de la misma.

A los pacientes yo siempre les digo:
“Las vacunas no te curan en 2 días… Es un tratamiento de fondo que va dirigido a la raíz del problema, y según vaya pasando el tiempo, poco a poco se reducirán tus síntomas, necesitarás menos medicación, ganarás en calidad de vida… y además, tiene la gran ventaja de que el efecto alcanzado suele mantenerse durante años una vez finalizado el tratamiento”.

Cuando los alergólogos prescribimos una vacuna a un paciente, tras la realización de una historia clínica detallada, advirtiendo la frecuencia y estacionalidad de los síntomas, con un estudio alergológico que incluye pruebas cutáneas y/o analíticas (inclusive si hace falta llegando hasta el estudio molecular), y eligiendo una vacuna de la cual tenemos evidencias contrastadas respecto a su seguridad y eficacia, el porcentaje de pacientes que mejora es superior al 85%, y estos, en la gran mayoría de los casos, se olvidan de su enfermedad.
Un buen diagnóstico, lleva al tratamiento correcto
En conclusión, las vacunas de alergia funcionan, con un altísimo porcentaje de mejoría clínica para los pacientes, tanto que muchos “se curan” de su alergia, pero conseguir esto depende de que el tratamiento esté bien prescrito, lo que es más probable que ocurra si se acude a un alergólogo.

Dra. Jaime García Campos
Médico Especialista en Alergología
Grupo AlergoMálaga

martes, 3 de noviembre de 2015

"El asma infantil en España: ¿Un problema de origen alérgico?"

“El pediatra nos ha dicho que nuestro hijo puede tener asma”. Es una frase que frecuentemente escuchamos en la consulta y que suele alarmar y desconcertar a los padres.
Fisiología del Asma
¿Qué es el asma?
El asma es una enfermedad respiratoria reversible con una base inflamatoria, en la que los bronquios se estrechan, produciendo un broncoespasmo y problemas para respirar. Esta inflamación bronquial puede estar producida por diferentes causas: alérgenos, infecciones víricas, e irritantes inespecíficos como el humo del tabaco o la contaminación ambiental.
Causas del Asma
Podemos diagnosticar de asma infantil, a aquel niño que presenta al año 3 o más episodios de tos, acompañada de silbidos o “pitos” en el pecho, y dificultad para respirar, mejorando tras el uso de medicación con acción broncodilatadora.
Durante la infancia, podemos diferenciar dos tipos de asma: El primero es un asma que comienza a muy temprana edad. Se relaciona con el tabaquismo materno, la prematuridad, la asistencia a guarderías y, normalmente, está desencadenada por  infecciones víricas. Aproximadamente 3 de cada 10 niños pueden presentarla, y en una gran parte de ellos desaparece de forma espontánea con el desarrollo.
Virus
El segundo tipo de asma en la infancia es el asma alérgica. Generalmente debuta después del primer año de vida o en años sucesivos. Se suele asociar, aunque no siempre, con antecedentes familiares de alergia, y personales de dermatitis atópica y/o alergia a alimentos. Si no actuamos a tiempo, con un tratamiento adecuado, este tipo de asma puede agravarse y hacerse crónica en la edad adulta.

Si mi hijo tiene asma, ¿a qué edad es recomendable realizar las pruebas de alergia?
Durante los 3 primeros años de vida, la causa más frecuente de asma son los virus y no la alergia. Por ello, una buena edad para comenzar a hacer el estudio en un niño asmático, son los 3 años. Un inciso: Si existiese también la sospecha de una alergia alimentaria, el estudio alergológico JAMÁS SE DEMORARÍA POR LA EDAD.

¿Qué debo hacer para solucionar un asma infantil de origen alérgico? 
La alergia es el factor determinante que provoca que un asma infantil persista en la edad adulta. En estos niños, sólo la inmunoterapia (“las vacunas de la alergia”), han demostrado ser eficaces deteniendo la evolución natural del asma, y aumentando el porcentaje de niños que quedan libres de la enfermedad.

Y para finalizar, recordad: el objetivo es que un niño asmático pueda llevar a cabo una vida completamente normal, incluyendo la práctica de deporte y la participación en juegos, excursiones, etcétera, junto con el resto de niños de su edad. La asistencia repetida en urgencias para recibir “aerosoles”, el uso recurrente de corticoides en las crisis, etcétera, no son una opción, ni para los padres ni para nosotros. La intervención de un Médico Especialista en Alergología será fundamental en estos casos.
Niños jugando

Dra. Clara Isabel Pérez Padilla
Médico Especialista en Alergología
Grupo AlergoMálaga