miércoles, 17 de febrero de 2016

Vuelve la “procesionaria”: ¿Cómo enfrentarse a ella?

La polilla procesionaria del pino supone una plaga en expansión, sobre todo en los países mediterráneos. Aparte de la deforestación que origina, con el consiguiente perjuicio medioambiental y económico, en su estado larvario (oruga) es causa de reacciones en el hombre y las mascotas.
Fase adulta o Polilla de procesionaria
Su nombre científico se asemeja a un trabalenguas, atreveos a decirlo: Thaumetopoea pityocampa. 

Un poquito de biología no hace daño: 
Pasa por cuatro fases de desarrollo: polilla, huevo, larva y crisálida. Las polillas, tras la fecundación, depositan los huevos en las acículas de los pinos de los que eclosionarán las orugas en 30 o 40 días. Las orugas manifiestan desde el principio un comportamiento gregario, y una característica forma de desplazarse en fila, una detrás de otra, como si se movieran en procesión (de ahí el nombre “Procesionaria”).
Fases del desarrollo o ciclo biológico de la procesionaria
Durante los meses de septiembre a noviembre, dependiendo del clima, la colonia forma bolsones o nidos de invierno fácilmente visibles en la copa de los pinos.
Nido o bolsón característico de procesionaria en pinar

Dependiendo de la zona y del año (entre los meses de enero a mayo), las orugas maduras abandonan los pinos en procesión, encabezados por una hembra, para dirigirse a los lugares de enterramiento. Es en este cuando se produce el mayor número de reacciones (si habéis realizado alguna excursión al campo, os habréis encontrado alguna procesión ya en estas fechas).

Formación típica en línea de las procesionarias
Posteriormente, bajo el suelo, las orugas pasan a la fase de crisálida, en la que existe un periodo de detenimiento del desarrollo, desde menos de un mes hasta cuatro años, según las condiciones climáticas. Al ser capaces de permanecer durante largos periodos de tiempo en el medio ambiente, hay que tener en cuenta que a veces los pacientes pueden llegar a presentar reacciones durante todo el año. 

¿Pueden producir una reacción alérgica grave? 
Las orugas presentan unos “pelos” urticantes de pequeño tamaño, que es su mecanismo de defensa, que se desprenden con facilidad y pueden ser transportados por el viento. Estos pelos pueden producir afectación cutánea, ocular y respiratoria.

Existen referencias de que ya los romanos arrojaban a los reos en zanjas llenas de procesionarias. Esos “pelos” son verdaderos “arpones”, capaces de irritar piel, la mucosa conjuntival, y de penetrar en la vía respiratoria. Al poder ser transportadas por el aire, pueden ocasionar problemas sin que exista un contacto directo.

Los mecanismos implicados incluyen el irritativo y el alérgico, por hipersensibilidad mediada por IgE, donde las reacciones son inmediatas, repetidas y progresivamente más graves.

Si sufre alguna reacción en una zona de pinos infestados, es recomendable consultar con su alergólogo. 

Por último, algunos consejos para evitar reacciones por la oruga de la procesionaria del pino: 
  • Durante los meses en los que la oruga desciende en procesión de los pinos (si el invierno es frío: febrero-abril, si el invierno es más suave: enero-marzo), y especialmente en días de viento, es preferible que no pasee por pinares infestados y que tampoco lo hagan sus mascotas.
  • Alejar a los niños, NUNCA molestarlas, tocarlas ni barrerlas (se levantan miles de dardos urticantes). Si están en su parcela, una vez bajo tierra puede mojar la zona para fijar los pelillos de las orugas al suelo.
  • Evite recoger objetos (piña, leña…) de los pinares infestados o remover la tierra. Si vive en una parcela con pinos, durante los últimos meses del invierno y el principio de la primavera evite tender la ropa al aire libre.
  • En los casos de exposición profesional, deberán extremarse las medidas de precaución: no dejar zonas de piel expuesta, y en ocasiones será necesario el uso de gafas y mascarillas. Los pacientes alérgicos a la oruga no deberían habitar ni trabajar en pinares infectados.
  • Control de las plagas: uso de insecticidas, trampas con feromonas, cortar y quemar los bolsones, romper los bolsones, barreras físicas, fomentar y proteger a las aves insectívoras. Lo mejor y más recomendable, según nuestro punto de vista, será contactar con empresas especializadas en erradicación de este tipo de plagas.
Dra. Clara Isabel Pérez Padilla.
Médico Especialista en Alergología
Grupo AlergoMálaga

miércoles, 3 de febrero de 2016

CUÁNDO INTRODUCIR LA ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA EN LOS NIÑOS CON ALTO RIESGO DE ALERGIA



En primer lugar: ¿Tiene mi hijo un elevado riesgo de padecer una alergia alimentaria? 

Probabilidad de Atopia en la Descendencia
Si los padres de un niño tienen alguna enfermedad alérgica de base, ya sea rinitis, asma bronquial, dermatitis atópica, alergia a alimentos, etc., se puede decir que el recién nacido tendrá mayor probabilidad de desarrollarla.
En estudios de la década de los 70, se estimó el riesgo en la descendencia entre un 38-58%, si uno de los padres era alérgico, y entre un 60-80%, si lo eran ambos. 

¿Qué es la alimentación complementaria? (AC) 
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud): Es el periodo durante el cual se administran otros alimentos junto a la leche materna (incluyendo sucedáneos). Según la ESPGHAN: (European Society for Paediatric Gastro-enterology, Hepatology and Nutrition): Cualquier alimento, sólido o líquido, que no sea leche materna o fórmula adaptada.
Alimentación completa con los distintos grupos de alimentos.
En los niños de la población general, se van introduciendo alimentos en la dieta -bajo la supervisión del pediatra de atención primaria-, hasta que el niño alcanza una alimentación similar a la de la familia y el entorno en el que crece. Cómo hacerlo, suele estar condicionado por hábitos sociales, culturales y hasta religiosos. Pero, ¿existe alguna prueba científica que avale cuándo, cómo y en qué orden? 
Incluso, entre países de “nuestro entorno”, podemos encontrar diferencias significativas; por ejemplo: en Italia, el 34% de los bebés inician la AC antes de los 4 meses, y en Reino Unido hasta el 51%.
De nuevo, según la OMS, el rango óptimo está habitualmente entre los 6 y los 24 meses, y la lactancia materna puede prolongarse hasta más tarde. Eso sí, propone la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de vida.
Recomendaciones generales para la Alimentación Complementaria
Algunos de los “inconvenientes” achacados a la introducción temprana de la AC, incluyen la exposición demasiado prematura a alimentos alergénicos en ciertos niños, y su supuesta relación con el aumento del riesgo de desarrollar alergias. De ese modo, en los niños con alto riesgo de alergia, hasta hace poco, se solía retrasar la introducción en la dieta de los alimentos que con más frecuencia producen alergias alimentarias, como son: el huevo, el pescado o los frutos secos.
Esto ocurría también con el gluten, pensando que si se retrasaba su consumo, se evitaría desarrollar una enfermedad celíaca (EC) o una alergia al trigo. Pero se realizó un estudio para ver si esto era cierto, y se seleccionó a un gran número de niños con riesgo de EC, a los que se les realizó un seguimiento durante un largo período. Resultado: encontraron un riesgo 5 veces mayor en los niños en los que se introducía el gluten antes de los 4 y después de los 7 meses de vida, respecto de los que lo introducían en la dieta entre los 4 y los 6. Conclusión: se debe recomendar la introducción de cereales con gluten entre los 4 y los 6 meses y no demorarla más allá.
Trigo, cereales, pan y pasta
Algo parecido ha ocurrido con los alimentos más alergénicos. Retrasar la introducción en la dieta o evitar alimentos como el pescado o el huevo, NO ha demostrado que disminuya la incidencia de alergias alimentarias en los niños de alto riesgo, y por supuesto tampoco en el resto.
Incluso para el cacahuete, los datos indican que, empezar a administrarlos de forma temprana (sobre los 6-7 meses, molidos, claro, ¡¡¡no olvidar el riesgo de atragantamiento¡¡¡) y mantenerlos en la dieta de niños con alto riesgo de alergia (aquellos con dermatitis atópica o alergia al huevo), disminuye la probabilidad de que los niños la desarrollen realmente en un futuro.
Alimentación Completa con los distintos grupos de alimentos.
En conclusión, se debe introducir la AC siguiendo las indicaciones del pediatra, pero NO es necesario un calendario diferenciado en los niños con alto riesgo de presentar alergias. Evitar o retrasar la introducción de ciertos alimentos no va a disminuir dicho riesgo, e incluso puede aumentarlo. Esto será así también en el caso de niños que ya padecen alguna alergia alimentaria: evitarán dicho alimento según las indicaciones de su alergólogo, pero mantendrán la introducción del resto IGUAL que los niños de la población general.

Dra. Gloria Requena Quesada
Médico Especialista en Alergología
Grupo AlergoMálaga