martes, 15 de marzo de 2016

“Alergia a tu mascota: Durmiendo con el enemigo”



Las mascotas nos brindan compañía, diversión, cariño, pero en algunas personas pueden provocar síntomas alérgicos.
Niña y perro
En España, se estima que el 6% de la población está sensibilizada a algún animal, y esta cifra es mayor en personas alérgicas (20% de los asmáticos, por ejemplo). La prevalencia ha ido aumentando en la última década, y esto parece relacionarse con un incremento de los animales de compañía en nuestras casas. Se calcula que en los hogares españoles hay más de 10 millones de mascotas, y hasta un 70% duermen en el interior de las viviendas; un 30% lo hace en el interior del dormitorio de sus dueños.
Niño y hámster en la cama
Por otra parte, la exposición a alérgenos de animales es muy habitual: se han encontrado partículas alergénicas en medios de transporte, colegios, oficinas, locales, por lo que podrían sensibilizar a las personas con predisposición a sufrir alergia, aunque éstas no mantengan un contacto directo con el animal.

Los animales que con más frecuencia producen alergia son los gatos, en primer lugar, y los perros, en segundo. Esto se debe a que son las mascotas más comunes en los hogares. Pero cualquier animal con pelo o plumas es capaz de desencadenarla (caballos, conejos, cobayas, hámsters, ratas, ardillas…), incluso se han descrito casos de alergia a escamas de reptiles.
Gato y niña
Las partículas de los animales que producen alergia, los alérgenos, están principalmente en las secreciones de las glándulas sebáceas y salivares, así como en sus excreciones (orina, principalmente). Los síntomas alérgicos se producen por inhalación o contacto con la caspa, el pelo, la orina, la saliva o el suero.  De esto se deduce que, contrariamente a la creencia popular, no es el pelo la principal fuente alergénica de las mascotas, sino las partículas de la caspa y los restos salivares que van adheridas al mismo. Los animales, al igual que los humanos, van renovando la capa más superficial de la piel, desprendiendo pequeñas partículas que contienen el alérgeno y que permanecen flotando en el aire durante largos periodos de tiempo, y que al inhalarse desencadenan los síntomas en los pacientes alérgicos. Estos síntomas pueden ser nasales, oculares o bronquiales, o incluso cutáneos (picor, urticaria o inflamación en la piel por contacto directo con el animal).
La sospecha de alergia a las mascotas puede ser muy evidente, pero otras veces no lo es tanto: por ejemplo, cuando los síntomas no aparecen de inmediato al contacto con el animal, y sin embargo son continuos y persisten sin estar presente el mismo. En toda persona con sintomatología alérgica que contacte frecuentemente con animales se debe investigar a estos como una de las posibles causas del problema.                     
Niña y perro
¿Qué medidas podemos tomar cuando nos diagnostican una alergia a animales?
La principal medida sería la retirada del animal del domicilio y evitar, por tanto, su contacto. Pero lo que parece un acto sencillo se ve dificultado en la mayor parte de los casos por un obstáculo insalvable: los lazos afectivos. Además, se debe realizar una limpieza a fondo de la vivienda, de los muebles tapizados, alfombras… ya que los alérgenos de la caspa pueden permanecer en concentraciones elevadas incluso hasta seis meses después de la retirada del animal, sobre todo en el caso del gato.

Si se decide no retirar el animal del domicilio, siempre se pueden aconsejar una serie de medidas para intentar disminuir la cantidad de alérgenos producidos por el mismo:
- Evitar tocar el animal y lavarse las manos después de hacerlo.
- No debe entrar en el dormitorio y menos aún dormir en él.
- Ventilar la vivienda y realizar una limpieza minuciosa de la misma.
- Bañar a los perros y los gatos al menos una vez a la semana.
- Lavar la ropa que haya estado en contacto con los animales.
Existen en el mercado algunas lociones que, aplicadas una vez a la semana sobre el pelo del animal, lo humedecen y evitan que se desprenda tanta caspa disminuyendo la concentración del alérgeno en un 15-20%, aproximadamente.

Existen vacunas con alérgenos de animales, que se recomiendan para aquellas personas que no pueden evitar la exposición a los mismos y para las que trabajan con ellos en su ámbito profesional (veterinarios, peluquerías de animales…). También podría tenerse en consideración este tratamiento en aquellas personas que deciden no retirar el animal de su vivienda, y en los altamente sensibles en los que los síntomas persisten a pesar de retirar el animal del domicilio (debido a contactos indirectos inevitables).

Por otro lado, comentar que se ha especulado sobre la existencia de razas de perros y gatos hipoalergénicos. No existe evidencia científica que lo avale. Suelen ser razas sin pelo o con pelo corto. Al caerse menos pelo, los alérgenos adheridos (como comentamos antes) pasarían al medio ambiente en menor cantidad. Puede que una menor superficie corporal (mascotas más pequeñas) y una menor cantidad de pelo conlleve una menor producción de alérgeno, más que la raza.
Gato y bebé
Dra. Rocío de la Higuera Artesero
Médico Especialista en Alergología
Grupo AlergoMálaga

miércoles, 2 de marzo de 2016

Particularidades de la alergia a los frutos secos: ¿Hay que retirarlos todos?



Los frutos secos son llamados así porque todos tienen una característica en común, que es la presencia de forma natural de menos de un 50% de agua en su composición. Este rasgo nos sirve para distinguirlos de las frutas desecadas, las cuales en muchas ocasiones se comercializan bajo el mismo calificativo que los primeros.
Frutos Secos
 De este modo y para tener una referencia clara de a qué grupo pertenece cada cual, tenemos como frutos secos: almendras, anacardos o merey, avellanas (“avellana americana” en Málaga), bellotas, cacahuete o maní (las mal llamadas “avellanas” en Málaga), castañas, nueces (de California, de Pecán, de Macadamia…), piñones, pistachos o alfóncigos…, que son semillas comestibles envueltas por una cáscara dura, con alto valor nutricional en ácidos grasos poliinsaturados, proteínas, fibra, minerales y vitaminas. “Popularmente”, se aceptan como frutos secos: el cacahuete, que es en realidad una legumbre, así como en ocasiones los garbanzos y las habas tostadas, el maíz tostado o “kikos”, y las semillas de girasol (las “pipas”) o las de calabaza.

Frutos secos variados: Nueces, anacardos, avellanas, almendras
 Las frutas desecadas no son otra cosa que frutas con alto contenido en azúcares que se someten a un proceso de desecación para aumentar su durabilidad y tiempo de consumo, tales como: uvas pasas, higos secos, dátiles, ciruelas pasas, orejones (albaricoques), etc.
Fruta desecada: Higos secos, pasas, damascos
Los frutos secos aceptan muchas formas de consumo, la más habitual como aperitivo tostado o frito, pero existen otros modos de presentación: incorporados a postres y repostería, algunas estacionales como en turrones y mazapanes o en chocolates y galletas. Pero no hay que dejar de prestar atención a su amplio uso en la gastronomía mediterránea en salsas típicas (salsa romesco, pesto, picadas), sopas, cremas, ensaladas, o acompañando a carne, pescado, en yogures y, como no, con queso y membrillo.
En España, los frutos secos que se consumen con más frecuencia son las nueces, cacahuetes, almendras, pistachos y avellanas.

Consumo de Frutos Secos en España en 2014
Producto
Volumen
(miles de kg)
Consumo
per capita
Frutos secos
126.590,84
2,82
Nueces
27.658,07
0,62
Cacahuete
11.634,71
0,25
Almendra
11.401,79
0,23
Pistacho
4.819,99
0,12
Avellana
3.869,20
0,12
Surtido
8.502,53
0,19
Otros
58.704,54
1,33
Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente

Almendras, Pistachos, Avellanas, Anacardos y Cacahuetes
Aunque la prevalencia real de la alergia a frutos secos es desconocida, los estudios que más certeramente aproximan el problema, sitúan su frecuencia global en menos del 2% de la población. Según el estudio español Alergológica 2005, analizando 369 pacientes con alergia a alimentos, el 26% padecía alergia a frutos secos, de los cuales un 72.6% serían mayores de 15 años, 14.8% niños de 6-15 años y un 12.6% niños de 3-5 años, siendo infrecuente en menores de 3 años, seguramente por las costumbres de consumo que tenemos en nuestro país.
En los niños es más común la sensibilización a un único fruto seco, mientras que en adultos suelen ser sensibilizaciones múltiples, posiblemente asociado a la exposición progresiva a toda la diversidad de los mismos.
Aunque originarios de grupos botánicos diferentes, son probables los fenómenos de reactividad cruzada entre frutos secos, y también entre frutos secos y pólenes, pudiendo ser estos últimos una de las causas de este incremento en la sensibilización.
A nivel mundial, la alergia a frutos secos más frecuente es la debida al cacahuete, sin embargo, en España, por las costumbres de consumo, encabezan el problema la nuez y la almendra, siempre supeditado a las distintas edades de los pacientes y las diferentes áreas geográficas.
La mayoría de los alérgenos corresponden al grupo de proteínas de defensa vegetal, al grupo de proteínas de almacenamiento, o a las profilinas. Todas estas proteínas suelen ser muy similares a las presentes en otros frutos secos, por tanto justifican los fenómenos de reactividad cruzada. Hay que tomar en consideración que estos alérgenos también los contienen los pólenes, y por ello se describen también fenómenos de reactividad cruzada entre pólenes y frutos secos. 

Teniendo en cuenta todas estas consideraciones… si mi hijo es alérgico a un fruto seco, ¿debe evitarlos todos?
Lo cierto es que no existe una respuesta fácil y universal con la que dar solución de forma inequívoca a esta pregunta. Todo dependerá de la historia clínica, el tipo de reacción, el/los fruto/s seco/s implicado/s, y las pruebas alergológicas realizadas (pruebas cutáneas en “prick”, IgE específica en análisis de sangre, y provocación oral si procede). Para que os hagáis una idea, poniendo dos ejemplos muy claros y concretos:
         -Paciente 1: Niño que consume 2-3 nueces, y a los 15 minutos tiene rochas por el cuerpo y labios inflamados. Tiene pruebas positivas a nuez y otros frutos secos como almendra y cacahuete, con los cuales nunca ha tenido reacción y que sigue consumiendo sin problemas. A este niño solamente habría que quitarle la nuez, y no hacerle una prohibición extensiva a todos los frutos secos.
          -Paciente 2: Niña que consume “revuelto de frutos secos”, y a los 10 minutos tiene inflamación de labios y picores. Tiene pruebas positivas a distintos frutos secos, y en la analítica, IgE específica positiva a varios frutos secos pero destaca la almendra. Habría que prohibirle de entrada el consumo de frutos secos en general, y posteriormente realizar estudios de provocación para aclarar cuál o cuáles han sido realmente los responsables de la reacción para aconsejarle su evitación.
Revuelto de Frutos Secos
En el fondo, hay que intentar afinar lo más posible el diagnóstico, siempre y cuando la historia clínica y el tipo de reacción nos lo permita, con la idea de aconsejar lo más fielmente posible la evitación de los alimentos implicados, y que la dieta de nuestro paciente sea lo menos limitada posible.

Dr. Jaime García Campos
Médico Especialista en Alergología
Grupo AlergoMálaga