miércoles, 15 de marzo de 2017

Alergia y embarazo: Recomendaciones durante la gestación y la lactancia



La patología alérgica y su tratamiento durante el embarazo es un motivo de consulta habitual en nuestro día a día. Recientemente acudió a mi consulta una mujer embarazada de 11 semanas con síntomas de rinitis (congestión nasal, estornudos, mucosidad acuosa y picor de nariz) y asma (falta de aire, tos y pitos), que ya presentaba desde hacía dos primaveras, y estaba muy preocupada y con muchas dudas.
El embarazo: una etapa fisiológica de la mujer


Cuenta que desde hace una semana está notando mucho picor de nariz y ojos, con mucha mucosidad, que hay días que le cuesta concentrarse en el trabajo por esto, y que con el ejercicio físico, que antes hacía bien, empieza a notarse ahogada. No ha tomado nada de lo que le prescribieron el año pasado, porque tiene miedo, ya que su médico le comentó en la primera visita, tras saber que estaba embarazada, que no podía tomar ningún medicamento.

¿Qué voy a hacer todo el embarazo así, si la primavera no ha hecho más que empezar?
 La rinitis alérgica puede existir desde antes del embarazo o bien aparecer por primera vez durante el mismo, y suele desencadenarse por alergia a pólenes, ácaros, mohos o el pelo de animales.
El primer consejo, es intentar evitar en la medida de lo posible aquello que nos genera alergia. Para ello, nos podemos ayudar de barreras físicas, que aunque no han demostrado su eficacia al 100%, disminuyen la exposición. Estas barreras son los filtros nasales, que podemos utilizar de forma cómoda y segura y que se adaptan a la nariz o bien las mascarillas nasobucales
Filtros nasales
Mascarilla nasobucal
Una segunda medida será la realización de lavados nasales con agua de mar, que podemos realizar bien en casa de forma casera con agua y sal o utilizando los preparados disponibles de farmacia. En algunos estudios se ha visto que el uso de soluciones hipertónicas (alto contenido en sales), es suficiente para limpiar y ayudar a expulsar el moco, evitando el uso del antihistamínico.

Tras realizar este lavado nasal, podremos aplicar un spray nasal con aceite (de sésamo u oliva), que al aplicarlo crea una película o barrera protectora sobre la mucosa nasal y hace que contacten menos los alérgenos con la misma.
Lavados nasales con soluciones salinas
 El uso de medicación para controlar estos síntomas durante el embarazo, es posible. Se dará prioridad al tratamiento tópico. Se han hecho diferentes estudios que apoyan el uso de determinados sprays nasales con corticoide, así como el uso de algunos antihistamínicos con los que no hay riesgo aumentado de malformaciones fetales. Sin embargo, el uso de sprays nasales descongestivos o su formulación en pastilla, que vemos en muchos anuncios televisivos y nos venden en la farmacia sin receta, no se recomienda usarlos más de tres días, porque si tienen riesgos asociados.
Antihistamínicos en el embarazo
 Y si yo me siento ahogada ¿al niño puede faltarle oxígeno?
 En el asma será muy importante conocer la gravedad y el control del mismo, para ajustar de la forma más precisa posible el tratamiento, y evitar que un asma mal controlado o grave pueda provocar prematuridad, bajo peso al nacer u otras complicaciones perinatales. A pesar de estos riesgos, en diversos estudios se ha visto que un tercio de las mujeres embarazadas dejan su tratamiento durante el embarazo o al menos el primer trimestre por miedo a los efectos negativos que pueda tener este sobre el feto, o por recibir información contradictoria sobre el uso de inhaladores por parte de los farmacéuticos, las enfermeras o los médicos que le atienden. Sin embargo, es importante sacar a relucir que un asma mal controlado puede tener más riesgo tanto para la madre como el bebé que el uso de corticoides inhalados.

El tratamiento lo dividiremos en tratamiento de rescate (si aparecen síntomas de asma repentinos) para lo que usaremos betaagonistas de acción corta, como son el salbutamol o la terbutalina, o de mantenimiento (para evitar episodios futuros) con uso de corticoides inhalados que evitarán la inflamación producida por las partículas de pólenes o los alérgenos a los que la paciente esté sensibilizada.
Además, durante la gestación es necesario un control frecuente, ya que se pueden ir subiendo o bajando las dosis de cada inhalador según el control del asma o añadir otros tratamientos si fuera preciso.
Inhaladores en el embarazo
 Y si hubiera empezado la vacuna de la alergia como recomendó ¿ahora la tendría que dejar?

Si la vacuna (inmunoterapia) se ha empezado antes de quedarse embarazada y ya se encuentra en fase de mantenimiento y la tolera bien, se puede mantener durante el embarazo.

Y cuando esté con la lactancia, ¿tendré que dejar la medicación?

La misma medicación que estés usando durante el embarazo, para controlar tu rinitis y asma la podrás mantener, si lo necesitas, durante la lactancia.

Recuerda si estas embarazada y tienes dudas sobre una posible alergia consulta con tu alergólogo

Dra. Teresa Posadas Miranda.
Médico Especialista en Alergología.
Grupo AlergoMálaga.

miércoles, 1 de marzo de 2017

La Esofagitis Eosinofílica: La enfermedad alérgica de moda


 
La Esofagitis Eosinofílica es una nueva forma de manifestación de la alergia alimentaria emergente en todo el mundo. Los primeros casos se describieron hace unos 20 años, y aunque su prevalencia es baja, está aumentando en los últimos años sin que tengamos una causa clara. Se calcula que la prevalencia en nuestro país es de 53 casos por cada 100.000 niños y 44 casos por cada 100.000 adultos, es decir que tenemos unas 23.500 personas afectadas por esta enfermedad en España.
Esofagitis: Inflamación del Esófago
 Podemos definir esta enfermedad como una inflamación del esófago por un tipo de leucocitos, llamados eosinófilos, que, en condiciones normales, no se encuentran en el esófago. El esófago es un conducto muscular a través del cual, los alimentos pasan de la faringe al estómago. Cuando el esófago se inflama, su función se altera, dando lugar a una serie de síntomas que indican un funcionamiento anormal.

La Esofagitis Eosinofílica afecta sobre todo a niños y adultos jóvenes, y en muchos casos se asocia a algún tipo de alergia como asma, rinitis, conjuntivitis con algún tipo de sensibilización. Todos los estudios nos indican que esta enfermedad es de origen alérgico, ya que en muchos casos remite con una dieta exenta de determinados alimentos.

 ¿Qué síntomas produce esta enfermedad?
Los síntomas van a depender de cada paciente, de la edad…, a veces los síntomas se presentan de forma perenne, otras veces intermitente y otras veces estacional. En niños pequeños, los síntomas más frecuentes son las náuseas, los vómitos y el rechazo del alimento junto con la pérdida de peso y el retraso en el crecimiento. 
Disfagia e impactaciones
La disfagia (dificultad para tragar) aparece en pacientes de más edad y en ocasiones atascos o impactaciones del alimento en faringe (el alimento se queda parado en la garganta) que puede requerir endoscopia urgente. Otros síntomas son el reflujo, ardores que no desparecen con la medicación habitual, y el dolor torácico o abdominal. Suelen ser personas que comen muy lentamente y beben tras cada bocado para ayudar al paso del bolo alimenticio.
¿Cómo se diagnostica?
Para el diagnóstico de esta enfermedad intervienen dos especialialistas: digestivo y alergólogo, y en algunas ocasiones para el tratamiento también puede intervenir el nutricionista.
Endoscopia en quirófano
Cuando los síntomas nos hagan sospechar esta enfermedad hay que confirmarla mediante la realización de una endoscopia que tomará muestras del esófago para analizarlo microscópicamente y ver si presenta ese infiltrado por eosinófilos característico de la enfermedad. Una vez confirmada la enfermedad, el paciente tendrá que ser valorado por un especialista en Alergología que realizará estudio para tratar de averiguar que sustancias pueden desencadenar o relacionarse con la enfermedad.
Esquema de Endoscopia
 ¿Cómo se trata la enfermedad?
Es una enfermedad crónica que afecta a la calidad de vida de los pacientes, en la que tenemos varias opciones de tratamiento
1 Tratamiento con fármacos
2 Dieta alimentaria
3 Dilatación endoscópica en los casos más avanzados de la enfermedad (para dilatar o abrir esófagos muy cerrados por la inflamación mantenida) o para resolver cuadros de “atascos” de alimentos.

La elección del tratamiento se debe de hacer de forma individualizada teniendo en cuenta las preferencias del paciente y/o familiares, motivación del mismo, edad, gravedad de la enfermedad…
El tratamiento dietético afecta a varios grupos de alimentos (leche, trigo, huevo, legumbres, cereales, frutos secos, pescados y mariscos) que se eliminan de la dieta de forma secuencial generalmente. Parece ser que la metodología actualmente empleada para detectar si una persona es alérgica a un alimento no serviría en esta enfermedad. Se sigue investigando cual sería la técnica más adecuada que nos permitiría identificar el alimento responsable.

Entre los fármacos más usados están los corticoides deglutidos. No existen en el mercado formulaciones específicas para tratar esta enfermedad por lo que se utilizan presentaciones para uso nasal o para inhalación. Los últimos estudios plantean que hay un grupo de pacientes, que responden al tratamiento con fármacos de la familia de los inhibidores de la bomba de protones (el famoso omeprazol y derivados) por lo que también deberían de considerarse como fármacos de primera línea para el tratamiento de esta enfermedad.
Inhibidores de la bomba de protones: Omeprazol y derivados
En cualquiera de las vías de tratamiento, será necesario realizar endoscopias de control tras inicio de la terapia elegida para comprobar su efectividad.

Dra. Rocío de la Higuera Artesero
Médico Especialista en Alergología
Grupo AlergoMálaga