viernes, 15 de septiembre de 2017

La incidencia de asma infantil se dispara



Actualmente es de sobra conocido que el asma es la enfermedad crónica de la infancia más prevalente en España y, en general, en todo Occidente. Distintos estudios hacen referencia a un crecimiento de hasta un 50% en la última década, y dicho incremento en la prevalencia se ha correlacionado también con el detectado en la rinoconjuntivitis alérgica y la dermatitis atópica. En resumen, a más alergia, más asma infantil. Y es que sabemos que entre el 40-80% de los niños con asma está sensibilizado al menos a un alérgeno inhalante. Pero no solo la alergia es responsable, y otros factores de riesgo vienen a sumarse: la genética (que está siempre presente, se quiera o no), la lactancia materna (que según el resultado de algunos estudios actuaría como factor de protección, al igual que una dieta rica en vitaminas C, D, E y carotenos), el consumo de tabaco durante el período gestacional (sobran las explicaciones), la siempre controvertida contaminación ambiental, etc.
Causas y desencadenantes de asma.
        El desarrollo de asma en la infancia es, por tanto, consecuencia de la interacción de varios factores: los endógenos, que vendrían determinados por una predisposición genética inevitable, y los exógenos, entre los que incluiríamos a los alérgenos inhalantes, los agentes infecciosos (virus en su mayor parte), los contaminantes ambientales y el humo del tabaco. La exposición a estos factores exógenos en un niño susceptible, llevará al desarrollo de una serie de respuestas que abocarán al daño en el tejido respiratorio, y este, a su vez, al desarrollo de los síntomas que algunos ya conocéis: tos seca, “pitos”, dificultad respiratoria u opresión en el pecho.

En ocasiones, las crisis de asma llegan a requerir asistencia hospitalaria cuando su control se hace inviable en el domicilio. Son los casos más extremos, que requieren tratamientos recurrentes con corticoides sistémicos y que merman la calidad de vida de los niños, provocando ingresos frecuentes, continuas ausencias escolares, limitando la actividad física, las relaciones sociales e incluso afectándoles psicológicamente a ellos y a sus familiares.
Ingreso por crisis de asma
El perfil o fenotipo del niño asmático es variable: lo es en sus causas, en sus comorbilidades, en sus expectativas de futuro y en su tratamiento. Por eso es muy importante un diagnóstico precoz, que permita conocer a qué tipo de asma nos enfrentamos, y qué medidas pueden ponerse en marcha para minimizarlo, controlarlo o tratar de hacerlo desaparecer.

El asma infantil es hoy en día una entidad clínica que requiere un gran trabajo en equipo: pediatras, alergólogos y neumólogos deben coordinarse para abordar de forma multidisciplinar su diagnóstico y su tratamiento: la tos y la falta de aire no significan necesariamente que exista asma, y no todos los casos de asma son de origen alérgico. El enfoque terapéutico irá dirigido exclusivamente a aquellos factores exógenos que sean evitables (ya hemos dicho que los endógenos los llevamos de serie) y, mientras tanto, a mejorar el estado de la vía respiratoria de nuestros pequeños aplicando la mejor terapia disponible. En este punto tienen que ver mucho los padres, ya que no podemos exigir a un niño que realice un cumplimiento terapéutico adecuado. Entra aquí por tanto la importancia de la educación sanitaria. Las consecuencias de un asma infra-tratado o no tratado serán devastadoras en la calidad respiratoria del niño a medio y largo plazo. Los médicos debemos velar por el cumplimiento de las prescripciones, pero son los padres los principales baluartes una vez recibidas las indicaciones pertinentes. Y los profesores, no lo olvidemos, porque gran parte del tiempo se pasa en la escuela.
Equipo multidisciplinar para el tratamiento del asma
En definitiva y para terminar, debemos quedarnos con que el asma infantil es una enfermedad crónica que está incrementando su incidencia en los países industrializados, que, aunque determinada por la genética, no es de causa exclusiva, sino que otros factores intervienen en su desarrollo, factores sobre los que se puede actuar mediante la evitación y el tratamiento específico; y que es fundamental la educación sanitaria y conocer las consecuencias que derivan de no abordar el problema de forma precoz.
Niña usando un broncodilatador
Por otro lado, cada vez disponemos de más armas para atajarlo: la primera, el conocimiento, que cada año que pasa es mayor respecto a esta enfermedad; la segunda, la batería de fármacos que la industria farmacéutica lanza al mercado mejorando a la precedente, permitiéndonos a su vez una mayor maniobrabilidad a la hora de enfrentarnos a este tipo de pacientes: no lo olvidemos, los más vulnerables de la casa.  
Los niños asmáticos también van al cole
Dr. Gonzalo Campos Suárez.
Médico Especialista en Alergología.
Grupo AlergoMálaga.

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