miércoles, 15 de noviembre de 2017

Asma inducida por ejercicio



Vivimos en una sociedad en la que se promociona la actividad deportiva como hábito saludable. De todos es conocido que la práctica de ejercicio físico de forma regular tiene beneficios tanto psíquicos (mejora la autoestima, reduce el estrés, la depresión y la ansiedad), como físicos (mejorando la presión arterial, las cifras de glucemia, reduciendo el colesterol, aumentando la densidad ósea, etc). Pero, ¿qué ocurre cuando la práctica de la actividad deportiva provoca síntomas como dificultad para respirar?
Ejercicio físico regular como hábito saludable
 Eso es lo que nos refería Javier en la consulta. Javier tiene 25 años y suele correr 4-5 días a la semana. Contaba que, con la finalización del ejercicio físico, presentaba tos, opresión en el pecho y dificultad respiratoria, que duraban unos 10-15 minutos y cedían progresivamente. En ocasiones también notaba los síntomas mientras practicaba la actividad, aunque con menor intensidad. Fuera de la práctica de deporte Javier se encontraba asintomático.
 Lo que nos refería nuestro paciente es lo que se llama Asma Inducida por Ejercicio (AIE) o Broncoespasmo Inducido por Ejercicio (BIE), y se produce por una obstrucción aguda y reversible de las vías aéreas respiratorias inferiores ocasionadas por la actividad física. Estos síntomas pueden presentarse solo durante la misma o, lo que es más frecuente, asociarse con otras formas de asma ya sea alérgico o no. La causa de esta obstrucción se produce por la hiperventilación que provoca sequedad y enfriamiento a nivel de la mucosa bronquial dando lugar a la liberación de una serie de mediadores que provocan la inflamación y obstrucción de la vía aérea. Los ambientes fríos, secos, contaminados o polinizados actúan como factores facilitadores de esta reacción.
Espirometría forzada
 Para confirmar nuestra sospecha diagnóstica, le realizamos a Javier una espirometría basal que fue normal, y un test broncodilatador para descartar un asma mal controlado exacerbado por el ejercicio, que fue negativo. Posteriormente se le realizó un test de ejercicio físico con control espirométrico posterior (se hace correr al paciente ya sea en cinta o al aire libre y se le realizan varias espirometrías a continuación), que fue positivo, confirmando nuestra sospecha diagnóstica. También se le realizaron test intraepidérmicos con los aeroalérgenos más prevalentes en nuestro medio (pólenes, ácaros, epitelios, hongos), que fueron negativos.

Ejercicio en cinta rodante
Ya tenemos a Javier diagnosticado de Broncoespasmo Inducido por Ejercicio. ¿Hay que recomendarle evitar la práctica deportiva? Ni mucho menos, al contrario, se le debe estimular a que siga practicándola porque mejorará su capacidad pulmonar, pero con una serie de indicaciones.


Existen actividades que se toleran peor como la carrera, el futbol, el baloncesto, etc. En general, aquellas que se realizan al aire libre y que requieren esfuerzos continuados. En principio, la natación es considerada la actividad con menos probabilidades de ocasionar síntomas de asma en este tipo de pacientes. También, caminar, pasear en bicicleta, el golf, etc. 

Siempre se deben realizar ejercicios de precalentamiento durante 10-15 minutos. Se debe procurar respirar por la nariz y no por la boca. Una vez finalizada la actividad deportiva, se recomienda realizar un enfriamiento progresivo. Evitar la práctica deportiva los días de intenso frío, contaminación alta o aquellos con alta concentración de pólenes (en el caso de que el paciente sea alérgico). Asimismo, se deberá evitar la práctica deportiva los días que esté acatarrado o con síntomas de asma.

Aparte de estos consejos, a nuestro paciente le prescribimos la administración de una medicación inhalada 15 minutos antes de la realización del ejercicio (Salbutamol o Terbutalina). A este tratamiento responde el 80-90% de los casos. Cuando se trata de un asma persistente no controlada que se agrava con el ejercicio físico, lo primero sería ajustar el tratamiento de base del paciente antes de recomendar la práctica de deporte.
Salbutamol como tratamiento previo al ejercicio físico
Y, para terminar, insistir en la práctica de ejercicio físico regular como hábito saludable. El diagnóstico de Broncoespasmo Inducido por Ejercicio no es ningún impedimento para la práctica del mismo, de hecho, se estima que el 10% de los deportistas de elite son asmáticos, y como ejemplos tenemos a: David Meca, Gemma Mengual, Miguel Indurain, Teresa Zabel, David Beckham…
Grandes deportistas con asma bronquial
Dra. Rocío de la Higuera Artesero
Médico Especialista en Alergología
Grupo AlergoMálaga

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